Letitia Mumford Geer

Letitia Mumford Geer 

Biografías breves

Letitia Mumford Geer nació en 1852 en Nueva York, Estados Unidos, como la hija de George Warren Geer y Cornelia Matilda Geer. Creció junto a sus cuatro hermanos y pasó la mayor parte de su vida en Nueva York, donde finalmente falleció en 1935.

Letitia fue una enfermera, inventora y emprendedora, reconocida por su contribución en el campo de la medicina con el invento de la jeringa de una sola mano que, con la misma técnica y tras pocas modificaciones en diseño y materiales, es la que se usa actualmente.

Anteriormente se usaban jeringas más elementales cuyo uso requería de ayuda, pero este nuevo modelo fue innovador y facilitó enormemente el trabajo del profesional sanitario al poder usarse con una sola mano. La problemática de inyectar sustancias y medicamentos en el cuerpo humano y sustraer fluidos corporales para analizarlos quedó solventada a partir de 1899 gracias a la jeringa de esta inventora, que fue llamada la “jeringa gueer”.  

En abril de 1899,  Letitia Mumford Geer obtuvo la patente con el número US662.848A. En aquella época tan solo el 1% de las patentes en Estados Unidos eran de mujeres. Por un lado, la representación de estas en la ciencia y tecnología era muy escasa. Por otro lado, a las mujeres se les exigía proporcionar una mayor cantidad de evidencias que demostraran que eran las verdaderas inventoras del objeto para el cual buscaban obtener la patente. En general, el proceso era más sencillo si contaban con el apoyo de un abogado, pero muchas de ellas no tenían los recursos para contratar uno.

Es importante destacar que, como mujer e inventora en el siglo XIX, Letitia enfrentó desafíos y barreras debido al contexto de género de la época, lo que hace aún más relevante su contribución al campo de la medicina y la tecnología.

 

En esta sección de inventoras mostramos cómo las mujeres han sido siempre innovadoras, incluso en épocas en que eran relegadas por las normas de género al ámbito doméstico y se les negaba el acceso a la educación superior. En gran medida, accedían a profesiones que no dejaban de ser una extensión del trabajo doméstico y de cuidados, como enfermeras, secretarias, limpiadoras o cocineras, entre otras. Incluso en este ámbito crearon grandes inventos, utilizando su ingenio para facilitar su vida cotidiana con los elementos que tenían a su alcance.

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